Trastornos alimentarios: cada vez más chicos y con más riesgo de vida

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Los Trastornos de la Conducta Alimentaria son enfermedades mentales serias con morbi-mortalidad médica y psiquiátrica que puede poner en riesgo la vida, en forma significativa independientemente del peso del individuo. Generan consecuencias físicas y emocionales importantes, como pérdida de la menstruación, alteraciones óseas, gastrointestinales y psíquicas, entre otras.

Son patologías multi-causales, con base biológica, psíquica, familiar y sociocultural, en este sentido si no son tratados a tiempo pueden volverse crónicos y poner en alto riesgo la salud de la persona que lo padece, explicó
la psicóloga Débora Castillo, Jóvenes Salud Integral, Equipo de Trastornos de la conducta Alimentaria.

Podemos nombrar tres categorías clínicas, agregó: anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, trastorno de la conducta alimentaria no especificado y trastorno por atracón. Todos ellos están caracterizados principalmente, por comportamientos inadecuados en relación a la comida y/o control del peso.

La anorexia nerviosa en un tipo de TCA en el que el paciente presenta:

 Restricción alimentaria en relación a lo necesario según sus requerimientos corporales.

 Un peso marcadamente bajo, inferior a lo que mínimamente se espera para su edad y estatura.

 Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, o una conducta persistente para evitar ganar peso, incluso estando por debajo del peso normal.

 Alteración de la percepción del peso o la silueta corporales, exageración de su importancia en la autoevaluación o persistente negación del peligro que comporta el bajo peso corporal actual.

Otros aspectos relevantes a tener en cuenta en la detección de anorexia nerviosa son: recurrentes cambios de humor, aislamiento social, ejercitarse en exceso, síntomas obsesivos, negativa a compartir los momentos de comida con otros, gran auto exigencia, baja autoestima, aspecto triste.

¿Los hombres también ingresan en este esquema?, consultó «Siempre Salud»
– Estas patologías pueden presentarse a cualquier edad y sexo, aunque predomina en la adolescencia y un 90% son mujeres. En el equipo de TCA de Jóvenes Salud Integral tenemos programas para adolescentes y adulta/os con esta patología. En ambos casos el tratamiento es ambulatorio, es decir que el paciente puede seguir con sus actividades cotidianas mientras lo realiza. Es interdisciplinario, se trabaja en forma conjunta con médica, psicólogas, psiquiatra y nutricionista. Por último es personalizado, se atiende cada caso en particular, respetando la subjetividad y particularidades del paciente y su familia.
El tratamiento que brindamos incluye consultas médicas, nutricionales, psiquiátricas en caso de ser necesario, tratamiento psicológico individual, grupos de orientación a padres y grupos de reflexión de adolescentes y adultas.

-¿La anorexia se ‘cura’?
– La anorexia nerviosa, como el resto de los TCA, son enfermedades reversibles cuando se trata de forma adecuada. La actitud inicial de los pacientes se caracteriza por la falta de colaboración, suelen negar los síntomas y se resisten a acudir al médico o cualquier consulta por el tema. Los tópicos que surgen en torno a la enfermedad mental contribuyen a sellar la salida razonable, algunos son tan tajantes como: es una forma de llamar la atención… si no se acepta la enfermedad no hay nada que hacer… lo primero es reconocer que se está enfermo… En ocasiones, las familias tardan en consultar porque no les parece posible que les esté pasando a ellos o porque temen que el paciente empeore al verse contrariado. El camino debe iniciarse lo antes posible, ya que sabemos que un factor determinante de buena evolución es que la pérdida de peso no sea muy grande en el momento de la consulta y que no haya transcurrido mucho tiempo desde el inicio de los síntomas

-¿Qué recomendaciones darías a padres para que estén alertas?
– En el equipo entendemos que el papel de la familia es fundamental para ayudar a tomar conciencia de enfermedad y afrontar el tratamiento. En este sentido si los padres o quien esté cerca de los adolescentes nota cuestiones como: que está decaído, triste o angustiado, no come o come a escondidas, tiene altibajos en el estado de ánimo, ha perdido la comunicación o lazos sociales, es importante que actúe realizando una consulta adecuada a fin de despejar si se trata o no de un TCA, y así colaborar en la detección precoz y detener la enfermedad lo antes posible. Es importante trasmitir mensajes en la familia sobre las pautas que indirectamente protejan de los TCA: alimentación saludable y realizar al menos una comida en casa al día con la familia, facilitar la comunicación y mejorar la autoestima, evitar que las conversaciones familiares giren compulsivamente sobre la alimentación y la imagen y evitar bromas y desaprobaciones sobre el cuerpo, el peso o la forma de comer de los niños y adolescentes.

¿Ha crecido el número de casos en los últimos años de estos trastornos
alimentarios? ¿Qué panorama advierten en la región?

– Si durante los últimos años se ha acrecentado y complejizado esta patología, llegando a la consulta adolescentes cada vez más chicos (de entre 12 y 15 años), y adultas jóvenes ( de entre 23 y 40 años), con cuadros graves que ponen en riesgo la vida. Las consultas de adolescentes varones también se han acrecentado. Es una patología que se complejiza en simultáneo a la complejización de las cuestiones sociales, donde predomina el culto a la imagen, vivimos en la cultura de la inmediatez, donde los adolescentes tienen acceso a “todo”, pero con grandes sentimientos de vacío, soledades, angustias, y es allí donde el deseo de desaparecer se hace presente, pues subjetivamente existimos porque hay otro que nos da existencia desde su deseo.
Los TCA son patologías de salud mental, donde luego de sacar al paciente del riesgo de vida que puede generar su conducta con la comida, hay que trabajar en los vínculos. Es el lazo socio-afectivo lo que está dañado, y es importante re-establecerlo, para que ese adolescente sea capaz de elegir, de tener autonomía, en fin de crecer, decimos que los TCA hay un detenimiento en el desarrollo, hay un niño/a que no quiere crecer, tiene miedo a la vida que llevamos los adultos, se siente muchas veces sin herramientas.

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