“Señora, no es un gordito saludable”: tiene una enfermedad y se llama obesidad

El 41,1% de los chicos y adolescentes tiene sobrepeso y obesidad. El dato corresponde a la población argentina de niños, niñas y adolescentes de entre 5 y 17 años. La “malnutrición” es la nueva epidemia global, alertan.

“De bebé todos me decían… era hermoso. Gordito, cachetón, con rollitos en los brazos y las piernas ‘como para comérselos’. Después crecí y era el bebé simpático que apenas comenzaba a caminar pero no podía sostenerse en pie… y al menor error ‘rodaba’. En jardín, era el gordito del grado… y en la primaria el gordo al que todos apuntaban con los chistes… Y después la pasé de mal en peor”, contó Máximo, recién recibido de docente, sobre su “pasado sobrepasado” como él mismo dice.

“Ser o no ser gordo” no es el problema, agrega el hombre, valletano, de 37 años que desde hace tiempo se sometió a un estricto tratamiento médico, de alimentación y actividad física para bajar más de 50 kilos. “Y tampoco el tema social, la imagen y todo lo que esto conlleva sobre todo cuando uno es chico… sino que nos demos cuenta, que los padres se den cuenta, que se trata de una enfermedad. Y que los chicos crecen, se crían y se alimentan sin una educación de fondo. No siempre es por falta de dinero, a veces es por tiempo… por despreocupación, desinformación…”, opina.

Hoy se conoce que los casos ya no son esporádicos y el problema del sobrepeso y la obesidad sigue creciendo. Y la alimentación va de mal en peor: las gaseosas, las galletitas dulces y snacks siguen al tope de las ventas.

El 41,1 por ciento de los chicos y adolescentes de entre 5 y 17 años tiene sobrepeso y obesidad en el país, en una proporción de 20,7 por ciento y 20,4 por ciento, respectivamente, sin diferencias por nivel socioeconómico, según la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS 2) 2019, que dibujó una imagen clara de los patrones alimentarios de la población argentina.

En los niños de 0 a 5 años, el exceso de peso alcanza el 13,6 por ciento, una cifra elevada si se tiene en cuenta que el exceso de peso esperado para esta edad es de 2,3 por ciento.

En los niños menores de 5 años, la proporción de baja talla a nivel nacional fue de 7,9%, siendo de bajo peso 1,7%. En los niños, niñas y adolescentes de 5 a 17, los resultados mostraron 1,4% de delgadez y 3,7% de baja talla.

Los números confirman que los indicadores de desnutrición por déficit se mantuvieron estables en el país respecto de otros estudios previos y que el sobrepeso y la obesidad crecieron significativamente constituyéndose en el principal problema de malnutrición en el país, informó la cartera nacional de Salud.

La epidemia de la “malnutrición”

La alerta se enciende porque la obesidad infantil “es una ventana abierta a las consecuencias sanitarias en la edad adulta con la aparición y emergencia de enfermedades crónicas como las cardiovasculares, diabetes y distintos tipos de cáncer”, advierten los especialistas.

También en los adultos

La ENNyS 2 mostró también cifras alarmantes de sobrepeso y obesidad en los adultos: el 68% de los adultos tienen exceso de peso por mediciones objetivas, un resultado muy similar al arrojado por la 4ta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2018.

A diferencia de los niños, niñas y adolescentes (NNyA) donde la obesidad afecta a todos los estratos socioeconómicos por igual, los adultos de los sectores de menores ingresos tuvieron un 22% más obesidad que los de mayores ingresos.

¿Qué comen y beben los argentinos?

Los alimentos “saludables” son los menos consumidos. Solo un tercio de la población consume al menos una vez por día frutas y verduras, solo 4 de cada 10 individuos consume lácteos recomendados diariamente y la mitad de la población consume carnes al menos una vez por día.

Por el contrario, el consumo de alimentos no recomendados es extremadamente alto: el 37% toma bebidas azucaradas diariamente, el 17% consume diariamente productos de pastelería y galletitas dulces y el 36% y 15% consume productos de copetín (snacks) y golosinas al menos dos veces por semana.

Los niños, niñas y adolescentes consumen un 40% más de bebidas azucaradas, el doble de productos de pastelería y galletitas dulces, el doble de productos de copetín (snacks) y el triple de golosinas respecto de los adultos, todos ellos alimentos con altos niveles de azúcar, grasa y sal.

En la escuela

En relación a la alimentación en los entornos escolares, los datos arrojan que la provisión de frutas y lácteos es muy baja (21,5% frutas frescas y 30,3% yogur, postres lácteos o leches). (S

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