Salud privada: «el sector está totalmente desfinanciado»

Clínicas y Sanatorios de Río Negro advirtieron sobre la «crítica situación económica general» que «ha tenido un impacto particularmente grave en el sistema de salud».
«El sector se encuentra totalmente desfinanciado, con caída de los aportes y contribuciones que sustentan el sistema de obras sociales, desvalorización de aranceles y deterioro en la cadena de pagos», expusieron los prestadores de Feclir a través de un comunicado.
En promedio, el aumento de los aranceles a los prestadores de salud de la región, en el año 2018, no superó el 30%.
Pero, como contrapartida, los costos necesarios para la prestación de los servicios, aumentó muy por encima de aquellos. En primer lugar, con aumento de los costos laborales del 40%, una inflación del 48%, indicaron.
Insumos y medicamentos
Y con rubros específicos y de alto impacto en los costos de las clínicas y sanatorios, como lo son los insumos médicos, medicamentos y materiales, que aumentaron en el orden del 60%. También la carga impositiva aumentó desproporcionadamente. A título de ejemplo, el impuesto a los ingresos brutos, de alta incidencia, un 67%
En este escenario, con aumentos de costos muy por encima de los ingresos, y atrasos significativos en los plazos de pago, intereses a tasas altísimas que impiden recurrir a una asistencia financiera transitoria, los prestadores de salud han llegado a una situación límite, donde la continuidad de las prestaciones médicas a la población ya se encuentra seriamente comprometida.
Esta crisis se materializa en la imposibilidad de cumplir con los compromisos mínimos, que aseguren una razonable continuidad de la prestación. Atrasos en los pagos de salarios, a proveedores y obligaciones impositivas se han convertido, lamentablemente, en una realidad que nos ha sobrepasado.
Y el impacto social será altísimo, si no se logra, en el corto plazo, revertir esta situación.
Las clínicas y sanatorios tienen una utilización de recursos humanos intensiva. Sólo en el Alto Valle, estas empresas emplean, en forma directa, unas 2.000 personas y unos 500 profesionales independientes prestan servicios en las mismas.
A lo que debe sumarse, un número importante de empresas que prestan servicios complementarios, y cuya economía depende de aquellas.
Son las entidades que brindan cobertura de salud, tanto nacionales, como PAMI, obras sociales provinciales, obras sociales sindicales y entidades de medicina prepaga quienes se constituyen en la parte financiadora del sistema. En la medida que, desde este sector, se continúe con políticas de aranceles que no están a la altura de los costos de los prestadores, y con plazos de pago excesivos, esta crisis sólo tiene posibilidades de acentuarse.
Y el efecto social será muy alto. En primer lugar, sanitario, ya que los hospitales públicos no podrán dar cabida a los servicios que las clínicas no podrán prestar. Actualmente el 60% de la población tiene cobertura social a través de obras sociales y empresas de medicina prepaga, con atención, casi plena, en instituciones privadas.
Y por otro lado, el impacto que, inevitablemente tendrá en el desempleo, con los conflictos sociales que esto acarreará.
Fuente: Comunicado de prensa de Feclir