La asombrosa historia de Elisa, la Machi sanadora de Roca

«Cada persona tiene el poder de sanarse a sí misma. Creyendo en las capacidades propias y no en las limitaciones. El ‘no’ es una palabra que hay que sacar de nuestra boca», dice Elisa Tripailaf, sin dudar. Habla bajo y en forma pausada, pero sus palabras tienen peso. Porque habla desde su experiencia.
Cuenta que lo que hace no son «milagros» ni hechicerías. Simplemente ayuda a las personas «a sanar». Prefiere no hablar de «medicinas alternativas» ni de terapias de moda.
Una Machi se nutre de terapias ancestrales, milenarias. Del poder de la sanación, cuenta, y eso es lo que hace. Todo se trata de salud, al fin.
Esta mujer, que nació en una pequeña comunidad mapuche neuquina, de la cual se marchó tras cumplir 15 años, usa solo sus manos. Nada de remedios ni yuyos, dice. Nada de «cosas raras». «Lo único que aconsejo -sonríe- es tomar agua. Mucha agua, porque el agua limpia todo». «Cuando yo estuve muy enferma, antes de aceptar quien soy, me curé con agua», explica.
Elisa vive en Roca y trabaja con la energía que se mueve en torno a una persona y trata, cuando existen problemas, de ‘moverla’ hasta alcanzar un necesario equilibrio. Celebra el «machitún» (ritual de curación)
Dice que es algo similar al reiki, una práctica actualmente reconocida a nivel mundial, incluso por por organismos sanitarios.
Consultas desde toda la región y provincias vecinas
Pacientes de diversas ciudades de Río Negro, Neuquén e incluso otras provincias del país desde hace años la consultan. «Gente que está muy mal, que no puede dormir, que se siente enferma, que llegan a veces ahogadas por tantos problemas y no saben qué hacer, hacia dónde ir», relata.
– ¿Qué es lo que hacés?, le preguntamos.
– Lo que yo hago no es milagro. Es una sanación: espiritual, psicológica, kármica y física. Porque de todas las enfermedades que padecemos, cuando el cuerpo manifiesta su dolor, por algún lado tiene que salir. Es a través del dolor que se manifiesta lo que uno no pudo resolver. Porque no se puede resolver el enojo, el resentimiento, el miedo, la frustración, el perdón. Con los padres, los abuelos, la pareja… Y cuando eso no se resuelve, hay energía que está. Energía generada en el contacto físico. Y si no no se libera o no se decide cortar con eso, siempre se está volviendo para atrás. Con los sentimientos, con los recuerdos, con el enojo, y eso hace que el cuerpo se enferme.
– ¿La gente que la consulta debe creer en esto?
– La gente debe creer. Yo hago que baje ese nivel de las emociones, de su ansiedad, y cuando empiezan a sentirse en paz, en armonía, (se dan cuenta que) su cabeza no es la que domina. Cuando se baja todo ese movimiento, es cuando la persona puede empezar a entender lo que le pasa.
– Vivimos en tiempos de crisis, ¿qué es lo que tanto afecta a las personas?
– Hoy lo que se vive es un gran vacío espiritual. Cuando atiendo a veces pregunto ¿qué viene a buscar y cuánto está dispuesto a poner de su parte, para hacer que la respuesta le llegue?. Yo no hago milagros, yo dependo de ustedes también. Es un cincuenta y un cincuenta. Si está dispuesto a sanarse yo lo voy a apoyar en esto, y eso va a ser que mejore día a día. Hay algunos que vienen incrédulos y cuando notan que se van diferentes a como entraron, vuelven. Sino, es porque no tenía que ser.
Elisa ha visto muchos casos, y muy diferentes a lo largo de los últimos años. Algunos han marcado sus recuerdos. Como el de un hombre mayor de Neuquén que sufrió una parálisis parcial en su cuerpo y sus familiares corrieron por ayuda. «Él mejoró. Mejoró de a poco y hasta el día de hoy seguimos en contacto», cuenta. «Porque aceptó lo que le pasaba y comenzó a creer. Lo que hace falta es entender que hay que vivir ‘el aquí y ahora’. Soltar, liberar… y refugiarse en la espiritualidad.
– ¿Cómo llegan las personas hasta acá?
– Mucha gente me conoce y en general vienen por recomendación de uno o otro, de personas conocidas. Me piden que las vea y, si tiene que ser así, llegan y sino no. Hay gente que vuelve, otros que no, porque es lo que tiene que ser…
El sueño de estudiar
Sueños y raíces
¿Qué es un o una Machi?
El machi es la figura central de la medicina mapuche, poseedor de gran sabiduría y poder curativo, explican los estudiosos de pueblos indígenas. Tiene también el poder de los espíritus y los sueños (pewma), que son de gran importancia, a partir de su interpretación.
Contacto con Elisa: elisatripailaf@gmail.com
S.S. (redaccion@siempresalud.com.ar)
Mirá también la publicación en The New York Times sobre las prácticas sanadoras mapuches en Chile.
Leé también «Conceptos de enfermedad y sanación en la cosmovisión mapuche
Existe una tendencia a la medicina integrativa, advierten especialistas, que impulsa (lentamente) cambios en el sistema sanitario. Mirá «Aplican Reiki en un hogar de ancianos» en Argentina
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Elisa la machi sanadora de Roca. Al final de la noticia sale el correo electrónico:
elisatripailaf@gmail.com
Hay que enviarle una carta y esperar respuesta. Esa es la forma de contacto.
Hola Elisa me gustaría ir cómo hay que hacer me pasarías dirección y días
Buenos días estoy con ancias de contactar me con Elisa, necesito llegar a ella. Gracias.
Hola Elisa buenas tardes nos gustaría saber, cuando y donde la podemos visitar! Somo de La Pampa
Hola Elisa necesito verla me duelen mucho los huesos gracias
Me gustaría contactarme con Elisa
Hola!Elisa,vi notas suyas y me hablaron de uds.y hoy viendo esta nota:me acorde de uds.»facultad», me dije.Perdón soy Leticia,era la encargada del comedor de la facu.Me interesa hablar con uds.para que si me puede ayudar por algunos problemas que yo tengo.Desde ya le agradezco se haya tomado el tiempo de leer mi mensaje.la saludo.gracias!!!
Hola
Me gustaria conocerla!
Elisa es una persona hermosa!!..varias veces me atendió durante mi etapa de quimioterapia…totalmente agradecida!!!
Buenas noches. Me gustaría comunicarme con Elisa como puedo hacer?