Grave: alertan sobre el uso de pipetas para perros y gatos en niños

Denunciaron casos en los que se utilizan como método para combatir los piojos. Advierten que se absorben a través de la piel y pueden producir náuseas, vómitos, dolor abdominal o incluso convulsiones, irritabilidad, trastornos de conducta y desorientación.

Aunque parezca insólito, quién no ha escuchado alguna vez sobre el uso de cualquier tipo de productos químicos para combatir los indeseados piojos en las cabezas de los niños. Desde nuestras abuelas, vienen los “cuentos” sobre el uso de kerosén y hasta aerosoles mata-insectos. También alcohol, aceites… y la lista de elementos dañinos puede ser muy larga.

Se sabe que cualquier tipo de productos que contengan peligrosos químicos no pueden ser usados en criaturas, sin embargo sorprende que aún hoy se empleen métodos prohibidos para personas y fuera de todo sentido común.

Sin embargo, la Sociedad Argentina de Pediatría alertó -en pleno comienzo del 2020- sobre el incremento de casos, en los últimos meses, de uso en niños de pipetas antipulgas indicadas para mascotas como perros y gatos, lo que ha despertado la alarma en la comunidad médica.

Los especialistas expresaron su preocupación frente a esta práctica, debido a que su uso en humanos, particularmente en niños, niñas y embarazadas, puede ser muy perjudicial para la salud.

Las pipetas de uso veterinario contienen sustancias muy tóxicas para los seres humanos, ya que su contenido se absorbe a través de la piel y puede producir desde síntomas gastrointestinales como náuseas, vómitos o dolor abdominal, a incluso generar convulsiones, irritabilidad, trastornos de conducta y desorientación. En aquellas personas que estén expuestas de manera crónica a estos productos, se puede desarrollar caída de cabello o compromiso del hígado, riñón o tiroides.

Piojos, ni suciedad ni dejadez

En ocasiones, la pediculosis o infestación de piojos carga con una connotación negativa en la sociedad: se puede asociar con suciedad o dejadez. Por este motivo, los padres o cuidadores algunas veces pueden llegar a recurrir a medidas extremas para tratar de evitar que sus hijos vivan con esta condición.

Sin embargo, se trata de una afección muy común, que muchos niños y niñas padecen y que cuenta con tratamientos específicos avalados.

¿Qué hacer?

Acerca de los abordajes adecuados para la pediculosis, Marisa Gaioli, Secretaria del Comité de Salud Infantil y Ambiente de la Sociedad Argentina de Pediatría, explicó que “en principio se debe comenzar por la prevención, revisando diariamente la cabeza de los niños con la finalidad de hallar precozmente el parásito y cortar así su ciclo de vida. Luego, para eliminar los piojos, se recomienda pasar el peine fino diariamente durante el baño con la ayuda de una crema de enjuague común, no sólo para facilitar el deslizamiento sino también para detener la circulación del insecto y atraparlo con mayor facilidad. También el uso de vinagre diluido al 50% colabora en despegar las liendres de los cabellos”.

“Este parásito se aloja en el cuero cabelludo, que le brinda un ambiente cálido y húmedo, donde vive aproximadamente un mes. Cada hembra adulta es capaz de colocar de 6 a 10 huevos (liendres) por día; a lo largo de su vida pone entre 60 a 100 huevos, que a la semana eclosionan y dan lugar a las formas jóvenes, que a su vez demorarán otra semana en ser adultos y así reiniciar el ciclo de vida de este parásito”, aseguraron las expertas.

Para tener en cuenta

Los piojos y las liendres sobreviven fuera del ambiente del cuero cabelludo algunas horas; mientras que sumergidos en agua o expuestos a detergentes este tiempo se acorta a 30 minutos. La transmisión se realiza por contacto directo, cabeza con cabeza o a través de cualquier objeto en donde los piojos estén presentes, como almohadas, gorros, bufandas, vinchas o peines, entre otros.

El piojo adulto posee tres pares de patas cortas terminadas en forma de gancho, ubicadas en la región media de su cuerpo (tórax), preparadas para fijarse y trepar por el tallo del pelo. Este parásito elimina una saliva que causa irritación, enrojecimiento (eritema) del cuero cabelludo fundamentalmente detrás de las orejas y en la nuca, con sensación de ardor y de calor. La picazón (prurito) es el síntoma más común de esta infestación y el consecuente rascado puede favorecer la sobreinfección bacteriana, con el hallazgo de ganglios agrandados (adenopatías) a nivel de la nuca. En algunos casos aparecen ‘ronchas’ similares a las picaduras de mosquitos, localizadas en el cuello y en la parte superior y posterior del tronco.

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