El «padre» de la regata contra el cáncer visitó Neuquén

Donald McKenzie, descubridor de la técnica que combina deporte con salud, estuvo en el COI.

Los extraordinarios beneficios del remo para la recuperación de sobrevivientes del cáncer de mama una vez más unirán a centenares de mujeres en una travesía que tendrá como epicentro -este fin de semana- las ciudades de Neuquén y Plottier.

El “padre” de esta particular técnica que combina deporte con salud, que desde hace décadas viene siendo estudiada, el doctor canadiense especialista en medicina deportiva, Donald McKenzie, llegó a Neuquén y recorrió las instalaciones del Centro Oncológico Integral (COI) de Leben Salud.

Guiado por profesionales del centro patagónico, McKenzie conoció de cerca la labor que se realiza en la capital neuquina y destacó el nivel profesional del equipo que integra el COI y el elevado nivel tecnológico de la institución.

“Nunca vi nada como esto, me encanta la forma en la que el pensamiento se ha transformado en planificación para el futuro, el equipamiento que tienen está a la vanguardia, es de última generación, es el mejor equipo lo cual está muy bien pensado, para un cuidado integral de la salud, que es exactamente donde avanza el mundo”, destacó tras su paso por la institución.

McKenzie, también profesor del departamento de medicina deportiva especializado en fisiología del deporte en Vancouver, Canadá, demostró que el movimiento del remo es de enorme utilidad para la recuperación de mujeres operadas. Fue quien fundó hace años un equipo de remo de 24 sobrevivientes de cáncer de mama de Vancouver. El objetivo era mostrar que el ejercicio físico reduce el linfedema, una inflamación de los tejidos que suele producir el cáncer. La iniciativa fue cobrando importancia y difusión y se multiplicó en decenas de países en todo el mundo.

El físico médico Ricardo Ruggeri, referente del COI, explicó el funcionamiento del centro, la sofisticada y moderna aparatología con que se cuenta y el trabajo integral que se realiza para atender la salud de cada paciente.

Anticipó a la comitiva que acompañó al médico canadiense -Edward Bastyr y Mabel Toso de Rosa Fénix- que se prevé “incorporar un ciclotrón para producir nuestros propios radiofármacos en medicina nuclear”, “un área de psicoinmunoendocrinología para la contención del paciente y un apart hotel para gente que viene de larga distancia y no tiene recursos económicos”.

En la actualidad en el COI, que cuenta con una superficie construida de 7000 metros cuadrados y se duplicará en una segunda etapa, se realizan solo tratamientos ambulatorios.

“Es fenomenal la tarea que se realiza aquí. Tienen unos equipos y expertos de primer nivel. Son especialistas que saben cómo llevar un equipo”, destacó Bastyr.

McKenzie habló de la importante labor que realiza la asociación civil Rosa Fénix, integrada por mujeres que han padecido la enfermedad, “y la posibilidad de hacer estudios sobre los ejercicios y cómo influye la quimioterapia, la radioterapia, con los equipos que aquí tienen”.

Tras largos años de estudio sobre los beneficios del ejercicio constante y “fuerte”, “ya sabemos que con ejercicio se puede bajar el riesgo de recurrencia de tumor hasta un punto que no vuelve, y sabemos que si se hace ejercicio aumenta el flujo de sangre y puedes identificar lo que ayuda al paciente”.

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